Raul Castro

Raúl Castro Castro nació en La Barranca de Otates, Jalisco, México, hijo de Lucia Castro Pulido y Angel Castro Lucero. Su madre le puso Manuel pero su abuela paterna lo registró con el nombre de Raúl; la mayoría de sus familiares le decían Meño o Meñito. Era un niño que mantenía a sus papás muy ocupados, por no decir un niño travieso. A los doce años, se fue con su familia a Ensenada, Baja California Norte y ahí creció. En los años sesentas, viajó a San Fernando, California.Trabajando conoció a su compañera de vida, María Rosa. Se casaron, tuvieron cinco hijxs, y permanecieron perdidamente enamorados por más de 44 años hasta que ella falleció en 2020.


Raul era un hombre de mucha fe y, con su esposa, les inculcó a sus hijas el amor por Dios y por nuestra Santa Madre. Él y su esposa eran parroquianos de Nuestra Señora del Santo Rosario. Cuando ya no le fue posible, veía la misa por la televisión. Raul siempre trató de vivir según su fe y era generoso, servicial, y muy respetuoso. Le encantaban la música y el cantar; entre sus artistas favoritas estaban Jose Alfredo Jimenez, Cornelio Reyna, Los Muecas, y Don Ho. Fue un gran ejemplo para sus hijas, sobrinxs, y varios ahijadxs. Era una persona alegre, siempre riendo y divirtiéndose– incluso cuando la vida era difícil.


Comenzó a trabajar cuando aún era un niño, ayudándole a su padre con la siembra antes de irse a la escuela. Cuando Raul llegó a los Estados Unidos, trabajó en varios lugares antes de aprender a soldar. Trabajó como soldador de partes de aviones por muchos años hasta que llegó la recesión de los 1990s. Raul se sentía orgulloso de trabajar duro para mantener a su familia y tuvo varios empleos antes de retirarse como conductor para una compañía de producción. Se mantenía ocupado aún cuando estaba en casa, regando y cuidando sus varios árboles frutales y matas de chile. Cosechaba y repartía limones, limas, aguacates, zapotes, y guayabas. También secaba los chiles y hacía su propia salsa muy picosa.



Los otros intereses y pasatiempos de Raul incluían mantenerse al tanto de las noticias y la política, volar sus helicópteros de control remoto, jugar lotería con su familia, ir al casino, y compartir tiempo con su nieto. Participó por muchos años en un club de radio de banda ciudadana (CB) que se llamaba “Los Misioneros del Espacio” y conoció muchos buenos amigos, ahí. En el transcurso de su vida Raul viajó seguido a México, principalmente para visitar a su familia, pero también llevó a su familia a vivir a Hawai’i en dos ocasiones– la primera vez a Maui en 1979 y después a Oahu en 1996. Él apreciaba profundamente la cultura y filosofía de vida hawaiana. En Diciembre del 2019 hizo un último viaje a Maui con su esposa y dos de sus hijas.


A Raúl le sobreviven sus hijas amorosas, Rosaura, Lorena, Alicia, y Lucía, sus queridos yernos, Juan y Erik, y su nieto Ollin Raul así como una hermana, dos hermanos y numerosxs sobrinxs.


Raul Castro Castro was born in La Barranca de Otates, Jalisco, Mexico, the son of Lucia Castro Pulido and Angel Castro Lucero. His mother named him Manuel but his paternal grandmother registered him as Raul; most of his family called him Meño or Meñito. As a child, he was very curious and active and kept his parents very busy. At twelve years old, he went with his family to Ensenada, Baja California Norte, and grew up there. In the 1960s, he traveled to San Fernando, California. He met his life partner, Maria Rosa, at work. They were married, had five children and remained madly in love for over 44 years until she passed away in 2020.


Raul was a man of deep faith and, with his wife, instilled a love for God and the Blessed Mother in his children.He and his wife were parishioners at Our Lady of the Holy Rosary. When he could no longer attend mass, he would watch it on television. Raul always tried to live according to his faith and was generous, helpful, and very respectful. Raul loved music and singing; among his favorite artists were Jose Alfredo Jimenez, Cornelio Reyna, Los Muecas, and Don Ho. He was a great example for his daughters, nieces, nephews, and many godchildren. He was a joyful person, always laughing and having a good time– even when times were tough he tried to make the best of any situation.



He started working when he was still a child, helping his father in the fields in the early morning before walking to school. When Raul first came to the United States, he worked at several different jobs before learning how to weld. He worked as a welder for airplane parts for many years until the recession of the 1990’s. Raul was proud to do honest hard work to support his family and held a variety of jobs before retiring as a driver for a production company. Even when at home, he kept himself busy watering and taking care of his many fruit trees and chile plants. He harvested and handed out lemons, avocados, zapotes, and guavas. He dried chiles and made his own–very spicy– salsa.


Raul’s other interests and hobbies included following news and politics, flying his remote control helicopters, playing loteria with his family, going to the casino, and spending time with his grandchild. For many years, he was part of a citizens band (CB) radio club called “Los Misioneros del Espacio,” or The Missionaries of Space and he made many great friends there. Over his life Raul traveled often to Mexico, mostly to visit family, but he also moved his family to Hawai’i twice– first to Maui in 1979 and later to Oahu in 1996. He deeply appreciated Hawaiian culture and approach to life. He made a final trip to Maui with his wife and two of his daughters in December of 2019.


Raul is survived by his loving daughters, Rosaura, Lorena, Alicia, and Lucia, his beloved son-in-laws Juan and Erik, his grandson Ollin Raul, his sister, two brothers, and many nieces and nephews.

To send flowers to the family of Raul C. Castro, please visit our Heartfelt Sympathies Store.